sábado, 25 de mayo de 2013

EL MITO CHE GUEVARA

Este artículo lo publiqué en 2003 en el desparecido Diario de Valencia. Ahora mediante algunas actualizaciones lo inserto en este blog con motivo del 85 aniversario del nacimiento de este personaje.

Conmemora en estas fechas la izquierda internacional el 85 aniversario del nacimiento  del Che Guevara, figura a la que interesadamente se ha encargado de glorificar y mitificar. Mi opinión es que para mitificar al Che hay que ser mal intencionado o ignorante. Prefiero creer que abunda más la ignorancia que la mala intención.

Al Che Guevara no hay que enterrarlo. Hay que destruir el mito sobre su persona. Y la única forma es exponiendo al mundo, y sobre todo a los jóvenes, que no fue ni un valiente, ni un amigo de los pobres; ni un idealista...ni tan siquiera médico como a él le gustaba manifestar. Que no fue un santo varón sino todo lo contrario. De sus manos no se puede borrar la sangre que derramó cobardemente. Está impregnada en esos huesos que están buscando para hacerle un panteón de glorificación en La Habana.

No se debe permitir que los jóvenes sigan pensando que "el camino es el Che". "Que el hombre a imitar es el Che". De que fue un ser "que lo dio todo por los humildes", y que por ellos sacrificó su vida. Y con el machacar constante de la izquierda y de determinados medios de comunicación en sintonía con la dictadura cubana, hoy en día, es lo que cree parte de la juventud.

Rendirle tributo al guerrillero Guevara, a ese que en la Fortaleza de la Cabaña presidió una gran cantidad de fusilamientos al triunfo de la revolución es algo indecente y lo peor es que en gran parte de la sociedad ha calado la idea de la bondad del Che.

Los cubanos fueron las primeras víctimas de este facineroso que hizo fusilar a cientos de personas condenadas por ilícitos tribunales de sangre con los que Castro inauguró el terror, o incluso sin que mediara juicio alguno.

En Cuba el "Che" contribuyó a implantar un régimen que negaba, y
aun niega los mas elementales derechos del ciudadano como se ha encargado Fidel Castro de mantener a través del ejercicio de su dictadura. Al rescatar la figura del Che para la revolución que muere en Cuba, Castro está demostrando con total evidencia, que es el único que le puede dar oxígeno por un corto espacio de tiempo, pero no le va a garantizar más permanencia que la que las circunstancias que lo rodean le puedan permitir.

Lograr un mundo más justo podía haber sido una aspiración legítima, pero el Che fundamentó su esfuerzo en el error intelectual --el marxismo--, recurrió a la violencia y al crimen para conseguirlo, y en el camino contribuyó al establecimiento de una atroz y empobrecedora dictadura, por lo tanto, ninguna persona honesta puede exonerarlo de sus gravísimas responsabilidades.

Ya va siendo hora de que se pongan las cosas en su sitio y que la historia juzgue a este criminal como se merece, junto a otros a los que la izquierda mundial no ha querido juzgar, como es el caso de Stalin. Basta ya con la manipulación de la historia.