Periódicamente
el tema de Gibraltar es actualidad. El actual problema se veía venir
hace tiempo, sobre todo desde que el Ministro Principal del Peñón Sr. Fabián Picardo
se hizo cargo del poder. Su forma de actuar no ha podido ser más nefasta ni más
provocadora con España. Después de la permanencia de Peter Caruana durante más
de 15 años en el gobierno de la colonia algo tenía que cambiar al dejarlo en
manos de otro inquilino, un inquilino tan particular como este.
La mala fe
manifiesta del Sr. Picardo y sobre todo su obsesión de acabar con los
pescadores de La Línea que faenan en la Bahía de Algeciras, ha desembocado, con
el beneplácito de David Cameron, en el lanzamiento de bloquee de hormigón que
han dejado inutilizado ese caladero ya que hace imposible la labor de los
arrasteros.
El tratado
de Utretch, mediante el cual se cedía a la Gran Bretaña Gibraltar no contemplaba
ninguna cesión de las aguas circundantes, pero los ingleses apoyándose en la
debilidad de los gobiernos españoles hicieron lo que les vino en gana, no solo
en la utilización ilegal de las mismas sino también realizando rellenos que les
servirían para la ejecución de urbanizaciones y para la construcción de su
aeropuerto en aguas españolas durante nuestra Guerra Civil.
Gran Bretaña
continua así con sus seculares actos de piratería (es cosa de ellos lo da la
Patente de Corso) siempre amenazando con su poderío naval para la consumación
de los hechos.
En esta
ocasión el gobierno español no se ha quedado parado y basándose en que el Peñón
no forma parte del espacio Schengen ha dispuesto en la frontera de la verja, la
inspección de todos los vehículos que entran o salen produciendo colas kilométricas con demoras de varias horas y la consiguiente desesperación del
personal. Como Gibraltar es un nido de piratas contrabandistas, con estas actuaciones
de las autoridades españolas, se consigue la detección de grandes cantidades de
tabaco "y otras cosas" que se confiscan por su procedencia ilegal.
Pero esto
no debe ser suficiente, el Gobierno puede y debe adoptar otras medidas para desmantelar
lo que es un verdadero paraíso fiscal. Miles de gibraltareños viven en España
en sus lujosas mansiones sin pagar impuestos pero aprovechándose de las ventajas
sociales españolas.
El Gobierno
de su Graciosa Majestad envía ahora una flotilla naval liderada por su buque
insignia el portaaeronaves “HSM Illustrious” con la excusa de unas maniobras
navales en el Mediterráneo, que parece ser estaban previstas pero que no pueden
ser más inoportunas.
España no
debe arredrarse ante esto, todo lo contrario, pues “casualmente” el
portaaeronaves “Juan Carlos I” y varias fragatas de acompañamiento deberían
fondear en Algeciras. Casualidad por causalidad.
Para más
inri una pedorra eurodiputada británica, Julie Girling pide a sus compatriotas
un boicot turístico contra España que sinceramente no creo tenga ningún efecto,
aunque hay que reconocer que “hay gente pa to”.
Por si
faltaba algo para enrarecer todavía más la situación está el tema del “bunkering”
es decir los buques gasolinera que aprovisionan en alta mar produciendo
derrames inaceptables para el medio ambiente marino y que los británicos están
dispuestos a continuar.
Esta es la
situación. España no debe recular sino adoptar nuevas medidas capaces de
jorobar no solo produciendo colas en la verja sino también produciendo “efectos”
sobre el dinero de ese paraíso fiscal cuna de piratas. Molestar lo máximo posible
y si hubiera definitivamente que cerrar la verja, pues se cierra sin que
tiemble el pulso. Para esto último sería conveniente consultar con la Gran Estadista Elena Valenciano.
Mi enhorabuena al Sr. García Margallo, Ministro de Asuntos Exteriores que lo está haciendo muy bien en est crisis.
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