lunes, 5 de agosto de 2013

GIBRALTAR, LA DIFÍCIL SOLUCIÓN


¡Gibraltar!, ¡Gibraltar!,
avanzada de nuestra nación.
¡Gibraltar!, ¡Gibraltar!,
punta amada de todo español.

Así comenzaba una canción que los miembros del Frente de Juventudes entonábamos con todo nuestro fervor patriótico en las décadas de los años 40 y 50 del pasado siglo.

Ya se que hoy en día estas canciones pueden resultar anacrónicas pero muchas son las personas que las recuerdan con cariño, no importando la opinión que otros puedan tener de ello.

Muchos años han pasado ya y muchas han sido las vicisitudes por las que ha pasado la roca y a fe que la mayoría de ellas favorables al gobierno gibraltreño.

Recuerdo que en aquella época e incluso hoy en ocasiones, Gibraltar sigue siendo un tema recurrente  de discusión y a veces se termina, como en la película de Summers “To er mundo e gueno”, gritando lo de ¡Gibraltar español!

En el año 1962 (ya soy viejo) me encontraba en Inglaterra trabajando en la localidad de Clacton on Sea, en el condado de Essex. Muchas tardes en compañía de otros españoles solíamos acudir a un pub muy británico llamado Nuthals donde ingeríamos nuestras buena pintas de cerveza y ya se sabe, una vez entrados en la fase de exaltación de la amistad los españoles gritábamos ¡Gibraltar! y nuestros amigos británicos respondían ¡español!. Pero Gibraltar seguía siendo británico y nosotros seguíamos cantando

A mi Patria le robaron,
tierra hispana del Peñón,
y sus rocas hoy hollaron
con el asta de un extraño pabellón.

El gobierno de la roca en sus continuas provocaciones se ha permitido unilateralmente formar un arrecife artificial echando 70 bloques de hormigón al mar para así impedir que faenen en ese caladero los pescadores de La Línea. Ya está hecho, se acabó la pesca.

El Gobierno español ha reaccionado realizando inspecciones uno por uno de todos los vehículos que quieren entrar en el área de Gibraltar produciendo colas kilométricas y tardanza de varias horas. Lógicamente esto está produciendo una situación tensa entre España y la Gran Bretaña, pero lo cierto es que no se puede agachar la cabeza cada vez que el gobierno gibraltareño ejecuta acciones  en aguas que no son de su soberanía.

Hay que recordar que varios miles de españoles pasan diariamente a Gibraltar para desempeñar su trabajo y esto pudiera ponerse en peligro. Pero ¿qué hacer?, ¿claudicar y perder la dignidad o reaccionar como los está haciendo el Ministro Margallo?

Gibraltar, que no es territorio Schengen, es a su vez sin tener la consideración de paraíso fiscal si un territorio donde es muy fácil blanquear el dinero procedente de negocios no muy limpios y donde el contrabando y el tráfico de drogas son parte de su negocio y de su elevado PIB.

Lo cierto y verdad es que la izquierda española ya ha empezado a jugar sus cartas, como siempre poniendo palos en las ruedas del gobierno. Hay que recordarles que de aquellos polvos vienen estos lodos. Nunca se debió consentir que Gibraltar acudiera a reuniones con España y Reino Unido como un igual. El buenismo de Moratinos ha traído esta situación de la que espero se salga con prudencia pero con firmeza. No se puede decir amén a todos los dislates de Picardo.

Esperemos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos y mientras tanto otros seguiremos cantando con nuestra mente

Pero suenan los clarines
y se escucha ya el redoble del tambor,
y por todos los confines
se oye el grito de que seas español.


1 comentario:

  1. No existe en España nada más antiespañol que el PSOE. Como era de esperar se pone de lado de Gibraltar usando este asunto como arma que cree le dará rédito electoral. Ni un voto sociatas, ni uno.

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